La autoestima a mi parecer es uno de los conceptos peor entendidos que hay. Muchas mujeres creen que tener una alta autoestima es vestirse bien, tener un buen carro y demostrarle a los demás lo segura, independiente y encantadoras que son. Nada más alejado de la realidad. Muchas de nosotras vemos nuestra autoestima minada al primer no que recibimos de alguien. Entonces empezamos a hacer lo imposible en demostrar lo que los otros quieren seamos, lo que la sociedad quiere que seamos, lo que el jefe quiere que seamos, menos mostrarnos a nosotras mismas quienes somos, lo que somos capaces y lo que valemos con nuestras virtudes y debilidades. Entonces nos rechazamos. Buscamos afuera lo que tenemos adentro.
Pero veamos antes algunas definiciones de autoestima según la web: “la autoestima es la percepción emocional que las personas tienen de sí mismas y puede expresarse como el amor hacia uno mismo”. También encontramos: “que la autoestima es un sentimiento de valoración y aceptación de la propia manera de ser de uno mismo y que se desarrolla desde la infancia. En otras palabras: la autoestima es el concepto que tengo de mi misma. Es elocuente su importancia. Por ello, tener una buena autoestima implica ser conscientes de nuestras virtudes y nuestros defectos (autoconcepto) así como de lo que los demás dicen pensar de nosotros y sentir hacia nosotras, aceptando todo ello en su justa medida, sin amplificarlo ni reducirlo, y sabiendo y afirmando que en cualquier caso siempre somos valiosas y dignas. La autoestima es el requisito indispensable para unas relaciones interpersonales sanas.
Stormie Omartian dice en su libro,” El Poder de la mujer que ora” dice lo siguiente: “Los problemas con la autoestima comienzan con un problema de identidad. Cuando no tenemos un entendimiento certero de nuestra identidad nos esforzamos por ser como alguien más o algo que no somos. Nos comparamos con otros y sentimos siempre que nos quedamos cortas. Cuando no nos convertimos en lo que se supone que debemos ser, nos criticamos a nostras mismas y a nuestras vidas. Por consiguiente, nos volvemos inseguras, demasiado sensibles, con espíritu de juicio, frustradas e insatisfechas. Nos volvemos absorbentes, teniendo que pensar sin cesar en nosotras y en lo que deberíamos ser. Nos obliga a esforzarnos al máximo a fin de que la vida sea de la forma en que se supone que deba ser, a tal extremo que digamos mentiras sobre nosotras y nos volvamos insinceras con respecto a quienes somos en realidad. Ésta situación se siente a distancias en las personas que generan inquietud, insatisfacción, ansiedad y falta de paz.”
Aquí vemos lo que la falta de autovaloración propia puede hacer con nuestras vidas y lo importante de estar consciente de ello. Vamos entonces distinguir entre lo que es una alta y una baja autoestima bajo la pregunta: ¿qué concepto tengo de mi misma? Si la respuesta es que pienso que tengo valor como persona, me acepto a mi misma como soy (no desde la resignación sino desde el amor propio), eso es un indicativo de que mi autoestima es alta. Si por el contrario la respuesta es que no valgo nada, que nada me sale bien, que dependo de los demás para todo y que los demás nunca me aceptarán como soy, la cosa esta muy mala y revela una clara y baja autoestima.
¿Qué es y que no es la autoestima?
La autoestima ES sentirnos bien, amorosas y comprensivas con nosotras mismos, con confianza en nuestras acciones.
La autoestima NO es:
Amor a uno mismo en un sentido egoísta; ni auto elogios ni alardes a nuestra propia persona. Eso es una trampa en la que caeríamos. Si verdaderamente aceptáramos y apreciáramos nuestra valía e importancia individual, no tendríamos la necesidad de hacer alarde para impresionar a los demás con nuestras habilidades y posesiones.
Consejos prácticos para mejorar la autoestima femenina,
(Basado en el escrito de Sheila Morataya-Fleishman, especialista en desarrollo humano y de la mujer)
1- Mírate todos los días como un verdadero milagro.
2- Recuerda que eres hermosa, aunque muchas veces tengas que ahogar una voz interior que te dice: no, no lo eres. Recuerda que eres hija del Amor de Dios.
3- Ama profundamente tu identidad única y conoce que lo que haces nunca podrá reproducirse.
4- Tu verdadera belleza saldrá a la luz cuando ames con sinceridad a la mujer que hay en ti
5- Debes confiar en tu capacidad para tomar decisiones por ti misma.
6- No tengas miedo a fracasar o fallar. Recuerda que si nunca fracasas no tendrás la oportunidad de descubrir la fortaleza y el valor que residen en ti.
Amiga, somos únicas e irrepetibles, que nos quieran por lo que somos y no por lo que tenemos o aparentamos. Asi que pa lante!
Emma García Abelló
martes, 1 de junio de 2010
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